A pesar de los grandes esfuerzos que personas con discapacidad, padres, profesores y asociaciones han realizado para cambiar las ideas erróneas y excluyentes que la sociedad tiene hacia la discapacidad en general, aún se continúan viendo reacciones como la que se expone en esta pregunta “se le quedan viendo como si fuera cualquier cosa”, ya que para muchos resulta que una persona diferente a él o que se sale de los “parámetros normales”, es algo extraño y cargado de morbo.
Es importante que como seres humanos entendamos premisas como las siguientes:
1. Todos somos diferentes: tenemos rasgos físicos diferentes, pensamos diferente, aprendemos de forma diferente, hablamos diferente, hacemos nuestros trabajos de forma diferente, tenemos diferentes habilidades y diferentes limitaciones. Sí, todos tenemos limitaciones, hay habilidades que no somos capaces de realizar en su totalidad o parcialmente, por ejemplo: no todos tenemos habilidades para pintar, para patinar, para bailar, para hablar en público o para realizar muchas otras tareas… y ¿eso nos hace diferentes? No, no nos hace diferentes. Entonces, porqué llamamos diferente a una persona con discapacidad si es tan humano como nosotros y tiene tanta dignidad como cualquiera de nosotros.
2. Las personas con discapacidad no son niños eternos: Son personas que tienen su desarrollo como lo tiene cualquier otro y son niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos; es hora de dejar de pensar y de tratar las personas con discapacidad como si fueran los niños de 15, 20, 30 o 50 años.
3. Las personas con discapacidad no tienen necesidades especiales: Presentan una discapacidad a nivel cognitivo, motor, sensorial, verbal o de otra índole; pero esto no es una necesidad es una condición que hace parte de su vida. Lo mismo le sucede a una persona que usa lentes formulados para leer, no tiene necesidades especiales, simplemente usa unos lentes que le permiten ver mejor y por el hecho de que usa lentes no le llamamos “persona con necesidad especial”.
4. Las personas con discapacidad son personas no son seres extraños: Piensan, sueñan, tienen deseos, hacen parte de una familia, tienen habilidades y limitaciones, se frustran, ríen, lloran, se enojan, tienen amigos, tienen vida social…son como cada uno de nosotros los que nos autodenominamos “normales”. Esto conlleva a que merecen toda la dignidad, el reconocimiento, la exigencia y el respeto de quienes les rodean.
Como sociedad debemos enseñar a los otros estas y muchas otras premisas en cuanto a las personas con discapacidad, disminuyendo y ojalá eliminando el morbo con el que muchos los ven y valorándolos por lo que son personas, seres humanos como cualquier otro; personas que aprenden, estudian, trabajan, sueñan, se esfuerzan, logran sus metas.
Por último, invito a quienes nos leen a ponernos por un momento en los zapatos de las personas con discapacidad, nos gustaría ¿Qué nos miraran como si fuéramos seres extraños? ¿Qué nos vieran con lástima o con desprecio? ¿Qué nos intimidaran con sus reacciones corporales o con palabras? ¿Qué nos excluyeran de lugares y de actividades en las que tenemos todo el derecho a participar? Creo que no le gustaría a nadie ser tratado así, entonces no hagamos esto mismo con personas tan dignas y valiosas como cada uno de nosotros, que son las personas con discapacidad.
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